El Dr. Hernando Hernández recibe su ‘aula’ en Guatemala
- Germán Gómez Carvajal
En honor a los aportes que el jurista tolimense Hernando Hernández Quintero ha hecho con sus investigaciones a los estudios en criminología y criminalística en Latinoamérica, la Universidad Da Vinci de Guatemala bautizó una de sus aulas con su nombre.
Hernández es uno de los pioneros en las líneas científicas del derecho penal económico en Colombia, nación que constantemente hace frente al crimen organizado y a las innovaciones fraudulentas de la delincuencia.
Su trayectoria
Desde que inició su proceso investigativo en la década del 70, no ha dejado de emitir conceptos que clarifican el accionar delictivo; así, en sus publicaciones científicas ha dado pautas claras de cómo juzgar desde los tribunales temas como lavado de activos, captación ilegal de dinero, aplicación fraudulenta a créditos y contrabando. Así, combate fenómenos que los estados y las justicias del continente no sabían cómo tratar.
El Dr. Hernández es profesor e investigador activo de la Universidad de Ibagué, donde también se desempeñó como decano de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas durante varios años.
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La relevancia y la aplicabilidad de sus estudios han traspasado fronteras; como académico, ha dictado cátedra en Centroamérica y el cono Sur.
“Hace 16 años que visito Guatemala regularmente, tras una invitación a acompañar procesos de formación en maestría y luego en doctorados. Las relaciones y las invitaciones se han intensificado en la Universidad Da Vinci, la Universidad Mariano Gálvez, el Instituto de Criminología y otras instituciones, que han permitido estrechar los lazos de trabajo”, comentó.
En conjunto con investigadores centroamericanos, Hernández Quintero, nacido en Santa Isabel (Tolima), ha trabajado en análisis comparativos de las legislaciones de Guatemala y Colombia, al igual que en temas afines como la falsificación de moneda.
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“Tras dar una conferencia acerca de los cambios en las legislaciones con el surgimiento de nuevos crímenes, fui sorprendido con que el Consejo Directivo de la Universidad Da Vinci había decidido bautizar un salón de la Facultad de Ciencias Criminológicas, Criminalísticas y de Seguridad con mi nombre, como manera de exaltar la colaboración que he tenido con ellos en su trabajo y por el aporte de mis libros en las universidades de allí”, añadió.